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Cabaña del blog
Este fin de semana no fue como los demás. Desde el principio, sentí la necesidad de algo que me sacara de mi ritmo diario – algo travieso, pero hermoso ✨
6/17/20255 min leer
Este fin de semana no fue como los demás. Desde el principio, sentí la necesidad de algo que me sacara de mi ritmo diario – algo travieso, pero hermoso ✨. Después de semanas de sesiones suaves, una sesión con cinta que sorprendió a muchos de ustedes 😏 y un momento de yoga matutino en el bosque 🌲 donde abrí mis piernas, ofreciéndome por completo al sol, deseaba algo más… personal. Y fue entonces cuando surgió la idea – llevar a mi fotógrafo 📸 a una cabaña donde el mundo se ralentiza… y yo pudiera acelerar 💥
El espacio era perfecto 🏡. El interior de madera, envuelto en vidrio y vegetación 🌿, actuaba en mí como un afrodisíaco 💫. Cada paso con mis tacones 👠 resonaba contra el suelo como una invitación abierta 🔊. Sabía que tenía que hacer algo especial allí – algo que recordaría por mucho tiempo, y tal vez tú – solo a través de tu pantalla – sentirías esa misma tensión 💋
Cuando el deseo se encuentra con la madera y el vidrio


Elegí un bodystocking de malla 🖤. Negro, pegado a mi cuerpo como una caricia tierna 🤲, transparente en todos esos lugares donde a tus ojos les gusta quedarse 👀. Me sentía desnuda y vestida al mismo tiempo – y en esa contradicción había algo electrizante ⚡. Antes de que dijera una sola palabra, mi fotógrafo ya sabía que esta sesión no sería ordinaria 🔥. Lo veía en mis movimientos al estirarme junto a las puertas de cristal 🚪, dejando que el sol besara cada centímetro de mi piel 🌞.
Las primeras tomas se hicieron en el límite entre el interior y la terraza 🌳. Tablones de madera bajo mis pies, el vidrio frío contra mi espalda, y su mirada – más intensa que la luz de la cámara 💡. Puse mis manos contra el cristal, como si intentara escapar de una jaula, pero sabía que estaba justo donde quería estar 🖤.
Cuando me agaché junto a la puerta, muslos tensos, ojos clavados en los suyos 😼, solo escuché una exhalación suave. No sé si fue excitación o admiración – pero ambas cosas me enloquecieron 💦. Desde ese momento, dejamos de hablar. Nuestras miradas, el balanceo de mis caderas y sus dedos en el obturador lo decían todo 📷.
Ya no era solo una sesión. Era un coqueteo. Con la cámara, con el espacio, conmigo misma. Cambiaba de posición constantemente – a veces arqueándome como una gata 🐈⬛, otras veces de pie con los brazos en alto 🙆♀️, esperando que me arrancaran esa malla provocativa. Pero no hacía falta quitar nada. Todo ya se veía – solo había que desear alcanzarlo 🖤.
Empecé a jugar – conmigo, con sus reacciones, con el momento ⏳. Me senté de lado en la silla, deslizando mi mano por el muslo al ritmo de su respiración. Me sentía como una femme fatale en una película que ves en secreto, esperando que nadie note cuánto te atrapa 👀. Y quería que él lo viera – todo. Y tal vez tú también lo veas, pero solo si sabes dónde mirar... 😉
El fotógrafo ya no era solo un espectador. Su respiración se volvió más pesada, sus manos a veces temblaban al hacer clic. Sentía cómo la tensión aumentaba – en él y en mí. Cada clic de la cámara era un paso más cerca del borde que tanto deseaba tocar 🔥.
En algún momento, simplemente dejé de posar. Justo antes, él tomaba fotos mías arrodillada frente al sofá – ese mismo que probablemente notaste de fondo 🛋️. Y justo ahí, sin aviso, me atrajo hacia él, giró mis caderas y me tomó por detrás. Rudo, profundo, con un hambre que había ido creciendo todo el día. Sentía la textura del tapizado bajo mis rodillas y su mano en mi espalda – firme, caliente, dominante. Ya no era solo un juego – era la liberación de toda esa tensión que habíamos construido en cada mirada, cada foto, cada estirón de mi bodystocking.
Puse la mano en su hombro, lo acerqué y le susurré una frase 🫦. No voy a decirte cuál fue – eso se queda entre nosotros 🤫. Pero fue suficiente para que olvidáramos la cámara. Era la última sesión del día y… quizás por eso nos dejamos llevar 😈.
Fue rápido. Intenso. Sorprendente. Ni siquiera tuve tiempo de metérmelo en la boca al final – se vino tan rápido que los dos reímos al mismo tiempo 🙈. ¿Tal vez fue la tensión acumulada desde la mañana? ¿Tal vez fue el eco de mis publicaciones anteriores que tantos leyeron con las mejillas encendidas – el yoga 🧘♀️, la cinta, las mañanas en el bosque? ¿O tal vez, a veces, todo simplemente se alinea a la perfección 💫?
Para quienes me siguen en Fansly o MYM – ya saben que mis momentos salvajes no son precisamente raros 🥵. Mis suscriptores ya han visto cómo puedo incendiar una lente – y a un compañero. Por eso sé que tienes hambre de más. Y más... sin duda, puede aparecer 🔥
Cuando posar se convierte en un juego


No dijimos mucho después. Él me arregló suavemente el cabello, y yo volví a ponerme el bodystocking, como si intentara envolverme de nuevo. Pero nada era igual… Y tal vez ese era el punto. Dejar una huella – no solo en las fotos, sino en mí 💋.
Antes de irnos de la cabaña, me paré una vez más junto al cristal. Miré mi reflejo – el cabello un poco despeinado, las mejillas sonrojadas, la mirada salvaje pero satisfecha 😽. Me sentía completa. Lista para compartir un vistazo de esta aventura contigo – pero no todo.
¿Lo grabaremos? No lo sé. Depende de él – y un poco de mí. Sabes que no siempre muestro todo. Pero… quién sabe, tal vez la mejor parte se quede solo entre nosotros 😏. Si él acepta – porque se vino tan rápido que puede que esté más avergonzado que yo 😂.
La galería completa de esta sesión – fotos que no verás aquí 📸🔥 – estará disponible en mi Fansly y MYM. Y quién sabe, tal vez aparezca algo extra por ahí – si somos lo bastante valientes… y tú lo bastante curioso 😘
Y si quieres saber qué pasó antes – asegúrate de leer mi entrada sobre la sesión con cinta de construcción 🚧 y la del yoga en el bosque 🌲. Ese fin de semana fue especial. Y tengo la sensación de que resonará en mis caderas – y en tus DMs – por mucho tiempo 💌💦
Un momento suave – hora de quitarse la lencería 👙😌

